La funda de almohada es un accesorio que no te puede faltar. Es el aliado de la salud de la piel de tu cara ya que una funda limpia disminuye considerablemente la posibilidades de sufrir problemas de acné, irritaciones o sequedad.
Con solo cambiarla cada dos o tres días conseguiremos mejorar poco a poco la salud facial ya que descanso tras descanso la funda acumula células muertas, bacterias, polvo y sudor.
Al utilizar una funda protegemos la almohada de la humedad y bacterias, hay que tener en cuenta que es mucho más fácil y rápido lavar la funda de una almohada que la almohada en sí, a parte de esta manera alargamos la vida útil de nuestra almohada.
Para cuidar un poco más la salud de manera fácil y al mismo tiempo disponer de un extra de confort hay fundas de almohada fabricados con fibras de hilo de bambú, con la propiedad de que repelen las bacterias de manera natural, además de ofrecer un gran confort por su suavidad. También existen fundas de almohada fabricadas con tejidos anti alérgicos, perfectos para la contaminada sociedad actual donde cada vez más se sufre las consecuencias de las alergias, algo realmente incómodo a la hora del descanso. Además, también hay fundas de almohada que son impermeables a la vez que transpirables, lo que las hacen ideales para proteger la almohada del sudor además de ser una barrera física eficaz contra los ácaros.
Es recomendable que la funda de almohada sea de 100% algodón ya que si esta es de materiales sintéticos pueden llegar a irritar la piel de la cara.
Es importante destacar que utilizando la funda de almohada diariamente, conseguirás proteger tu almohada de manchas y de bacterias. Además, sobre ella descansa tu cabeza noche tras noche unas 6-8 horas y por este motivo es importante invertir tiempo para encontrar una protección que te ayude a llevar una vida y piel más sana.
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