Es lo primero que nos llama la atención en ver un colchón, hay una amplia variedad de fundas con su estética y características que hacen que nuestro colchón luzca bien estéticamente y al mismo tiempo esté protegido contra manchas y suciedad y así poder alargar su conservación. Tenemos fundas fijas y con cremallera dependiendo de como lo prefiramos.
¿Qué composición tiene una funda de colchón?
El tejido que compone nuestra funda, es un punto importante para nuestro bienestar y confort durante nuestro periodo de descanso, así pues recomendamos que sea un tejido elástico para que evitemos la aparición de arrugas y al mismo tiempo tener una buena adaptación a la morfología del colchón.
Otro consejo es que nuestro colchón incluya el certificado Oeko-Tex, así no aseguramos que tanto el colchón como la funda contribuyen al medio ambiente y en sus procesos, no se ha utilizado ninguna técnica que lo dañe, sobretodo esto en las fundas que se venden por separado.
¿Elijo una funda con cremallera o una de fija?
El primer punto a analizar cuando vamos a elegir nuestra funda, esta tiene una doble característica que tenemos que destacar; la primera es la protección del interior del colchón, para que este no se dañe y la segunda es la sensación que produce el contacto con nuestro cuerpo.
A primera vista todo el mundo piensa que la mejor es la desabrochable ya que cuando queremos la podemos sacar y lavar para así eliminar posible suciedad y manchas del día a día, aunque sin embargo este tipo de tejido se caracteriza por su delicadeza ya que al estar siempre en contacto con el núcleo del colchón este se puede ver afectado deteriorándose y no pudiéndose salvar con la garantía.
Nuestra recomendación es que si vamos a elegir un colchón desenfundable para obtener una higiene mejor, no lo hagamos nosotros en casa para descartar así el deterioro del material y que lo llevemos a un lugar especializado como puede ser una tintorería, también porque la funda se encoge o se agranda y luego nos dificulta la tarea para volverla a poner en el colchón.
Otro punto en contra de las fundas con cremallera es que al no estar sujetas al colchón como las normales, al movernos durante la noche sin darnos cuenta desplazamos el tejido y esos pliegues que tanto nos molestan cuando descansamos.
El inconveniente de las fundas fijas es que no se pueden sacar para lavar y, por lo tanto, si queremos disfrutar de una buena higiene recomendamos usar un protector que en combinación de la sábana bajera creará una barrera contra manchas potenciales.
El paso del tiempo puede deteriorar la funda pero esta se puede reemplazar facil y economicamente.
¿Compro un funda de colchón acolchada o sin acolchar?
Muchos dicen que es mejor sin acolchar ya que así notaremos las propiedades del núcleo directamente durmiendo sobre él, pero en realidad nosotros recomendamos una de acolchada ya que de este modo tendremos una acogida más suave con el colchón que amortigua nuestro cuerpo y nos producirà más placer que si estamos tumbados directamente sobre el núcleo a parte que aporta un plus de resistencia al colchón protegiéndolo aún más ante posibles daños de núcleo.
¿Qué tratamiento debe tener mi funda de colchón?
Primero que todo debemos de percatarnos de si las características que nos ofrecen durarán durante toda la vida del colchón y no desaparecerán con el paso del tiempo.
Una de las pruebas más eficaces que se pueden llevar a cabo al respecto es el test de durabilidad de 30000 ciclos: en algunos laboratorios realizan esta eficaz prueba para estudiar funcionamiento y durabilidad a lo largo de la vida útil del colchón de un determinado tratamiento o componente, para llevar a cabo esta prueba se simula el desgaste que sufrirá el producto durante los 10 años de vida del colchón de forma intensiva y se extraen los índices de eficacia de cada componente y tratamiento. En este caso se recomienda que esta prueba la realicen laboratorios independientes a la marca para asegurar la máxima imparcialidad posible.
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